lunes, 3 de diciembre de 2012

OTOÑO




Me gustan estos días de noviembre cuando ya empieza a hacer frío y la luz del sol tiene un tinte dorado porque la tarde se acaba enseguida y el crepúsculo se sucede en un paisaje de colores que pasan rápidamente del púrpura al naranja.

Casi no da tiempo a disfrutar de la puesta de sol y son tan espectaculares que merecerían un texto cada una de ellas. Si hay nubes los rayos del sol lucen entre ellas y nos muestran imágenes fantásticas que nos permiten soñar con monstruos y animales, con seres mitológicos rodeados de un halo dorado. Si no hay nubes los colores se suceden, rojo, naranja, violeta, el azul o mejor dicho los azules,  algunos casi imposibles y poco a poco se oscurece todo porque la noche llega con rapidez.

También la luna adquiere protagonismo en estas tardes y se asoma gigante al horizonte pensando que aún estamos en  verano, luego se da cuenta de su error y sube lentamente a hasta situarse fría y lejana muy arriba.

En el cielo, profundamente negro, se divisan un millón de estrellas, pero hay que prestar atención para poder verlas. Primero se hacen presentes las más descaradas, las que brillan con fuerza, pero poco a poco si nos fijamos se van haciendo visibles pequeños puntos luminosos que dibujan caminos en la noche.  Desconocemos sus nombres, sus galaxias ni siquiera sabemos si aún están ahí o es sólo su luz la que viaja hasta nosotros porque ellas se apagaron  hace ya millones de años.

En esta estación la belleza está en todas partes. Si miro al suelo las hojas se amontonan en las aceras y sus colores estallan a cada paso, el marrón del cuero, el verde silueteando un amarillo oro, el granate, el rojo, el morado,..cada hoja distinta a todas y me apetece escogerlas y guardarlas porque pienso que todas son únicas y merecen ser disfrutadas.

Creo que en alguna parte leí que el otoño es una acuarela porque ese estilo de pintura permite todas las variedades cromáticas y todas las mezclas.  Poco a poco se va acercando el invierno y un nuevo estilo pictórico nos espera, pronto veremos los paisajes al carboncillo.