lunes, 18 de marzo de 2013

IMÁGENES

Hace 20 años las familias que teníamos un hijo enfermo de cáncer defendíamos su imagen a capa y espada. Nos sentíamos molestos con el uso que los medios de comunicación hacían a veces de nuestro niños con imágenes que se recreaban en lo más morboso de la enfermedad y que nosotros queríamos desterrar para ofrecer una imagen más luminosa y esperanzadora. Más de una vez protestamos por esas fotos que, además de ser dolorosas para nosotros, ofrecían una imagen distorsionada y tópica que en vez de mostrar la realidad del cáncer infantil con sus luces y sombras, movían a la conmiseración y la pena. No queríamos pena, queríamos acciones que se tradujeran en una mejor calidad en la atención a nuestros niños y adolescentes. 

Han pasado los años y la imagen de los menores se protege en todos los ámbitos, es necesario solicitar permiso no sólo de los padres y tutores sino también de la fiscalía del menor y de las instituciones donde se encuentran, ya sean  hospitales, organizaciones o colegios. Pero parece que esto no cuenta en el caso de los niños y adolescentes enfermos de cáncer  y aunque también sucede con niños de otras patologías, en el caso del cáncer  no hay día que no encontremos en las redes sociales, facebook y youtube especialmente, grabaciones, fotos  y reportajes gráficos de lo mas variopinto en los que, por supuesto, siempre se ofrece la imagen tópica y típica del niño enfermo de cáncer. 

Podríamos pensar que esto se traduce en un mayor conocimiento de la enfermedad y sus problemas, pero no lo parece  porque al igual que las imágenes suelen ir acompañadas de textos en los que se alaba la valentía y el esfuerzo de estos, cito textualmente, "pequeños héroes" , las respuestas suelen ser de mensajes expresando la pena por la enfermedad y la admiración por el heroísmo de estos luchadores. Se trata más de despertar lo emocional y no tanto de concienciar o denunciar los verdaderos problemas del colectivo.   

El origen de las imágenes suelen ser organizaciones que trabajan con estos pacientes y que utilizan este recurso para mover a la solidaridad y conseguir fondos. Por supuesto también promueven  la sensibilización aunque a mi entender no sea el método más adecuado. En otras ocasiones se trata de verdaderos fraudes que sólo buscan recaudar fondos, hace sólo unos días facebook ha denunciado este uso de la red y ha declarado que no es cierto que done dinero por cada click ni por cada "me gusta" que hagan los usuarios.

Lo que me desconcierta más es cuando esas imágenes tienen por origen a la propia familia que muestra, sin el menor rubor, a sus hijos y cuenta hasta los detalles más íntimos de su vida cotidiana, relatando en primera persona el transcurrir de sus días y sus andanzas. No llego a comprender la razón de este exhibicionismo. Tuve una hija enferma, estuve y estoy orgullosa de ella pero en ningún momento la habría expuesto salvo a las personas de mi entorno que la conocían y amaban tanto como yo.   
  
No se que pensarán esos niños cuando crezcan y vean su infancia  mostrada con todo tipo de detalles, qué opinarán de que sus emociones, sentimientos, juegos y sonrisas sean el objeto de conversación y comentarios de centenares de personas. Espero que disculpen esa necesidad que a veces tenemos los padres de liberar nuestro sufrimiento mostrándolo,  incuso utilizando  lo que nos es más preciado,  nuestros hijos.      

         

domingo, 10 de marzo de 2013

SOY RARA

Llevaba un tiempo preocupada por algunas reacciones que suscitan mis opiniones y comportamientos. Hago un comentario y observo unas sonrisitas a mi alrededor cuando, a mi parecer, lo que he dicho es algo cargado de sentido común.  Se habla de algún tema en grupo y todos me miran como diciendo ¿ con qué nos saldrá hoy?

Pues bien ya estoy más tranquila porque he llegado a la conclusión de que soy rara y esa es la razón del extrañamiento ajeno.

En mi casa cocina mi marido, sólo de forma extraordinaria me acerco por la cocina y siempre con desconfianza porque no me siento segura en un terreno que no es el mío. Mis hijos, chico y chica, confían en su padre para todos los temas relacionados con la intendencia, bocadillos para excursiones, comidas especiales, tartas para cumpleaños o ideas para cocinar por su cuenta. Cuando en las conversaciones se tratan estos temas, me siento como pez fuera del agua y no pocas veces he sentido la conmiseración e incluso un puntito de desprecio de mis congéneres. Para ser sincera yo creo que también me tienen un poco de envidia aunque disimulan pasándose recetas y explicando lo mucho que disfrutan en la cocina.

No leo revistas "femeninas", no veo programas del corazón, ni oigo programas radiofónicos relativos a estos temas de actualidad. Desconozco las relaciones entre unos personajes y otros, soy incapaz de diferenciar a una modelo famosa de un cantante de la última hornada y desde luego no puedo recordar ni sus nombres ni sus novios.  De nuevo estoy fuera de onda en las reuniones y mi ignorancia me pone en apuros a mi y a otras contertulias que se ven en la obligación de explicarme quien es el quien del "famoseo" al uso. 

Voy a la peluquería una o dos veces al año, no me tiño y nunca he llevado mechas, esto no sólo es mal visto sino que genera comentarios del tipo  "con las canas pareces descuidada" "hay que arreglarse un poco más". Yo hago como que no los oigo, que no van conmigo  y aprovecho mis escasas visitas a la peluquería para remediar mi ignorancia sobre la actualidad estudiando a fondo las revistas, reconozco que con poco éxito porque me olvido enseguida y todos me parecen un poco iguales. Me gustaría poder ir con más frecuencia, no para disimular las canas, eso no tiene remedio, sino para recibir el masaje en la cabeza que suelen ofrecerte después del lavado y que me parece la quinta esencia del placer.    

No me gusta el IKEA, esto ya entra en la categoría de pecado sobre todo si estás entre mujeres y hombres modernos imbuidos del diseño y lo in. Todo me parece bastante igual y visto un almacén vistos todos, por mucho que quieran disfrazarlo de  estilo y modernidad. Si ahora digo que no me gusta el STARBUCKS, esto ya no es rareza es excentricidad. Considero una estupidez tener que decir cómo me llamo a la camarera o camarero de turno y tomar el café en un vaso de plástico y remover el azúcar con un palito no es mi idea de lo que yo entiendo por tomar un café.Cuando veo a alguien en la calle con un vaso con tapadera sólo puedo pensar en el daño que han hecho a nuestra juventud las series americanas. 

Pero si no os he convencido os daré unos últimos datos sobre mis rarezas, soy de las que reciclo todo y además me gusta la corteza del pan de molde, siempre me como las tapaderas inicial y final de la bolsa de rebanadas.