domingo, 21 de julio de 2013

EL LENGUAJE CORRECTO

Llevo un tiempo preocupada por el lenguaje y además con varios frentes abiertos.  En esta entrada me voy a referir al lenguaje correcto, a esa nueva corriente que fiscaliza cada palabra que decimos para ver si se ajusta a todas las normas que hay que respetar, género, igualdad, cultura, etc, etc, etc. El caso es que cada vez es más difícil acertar con las palabras, en realidad cada vez es mas difícil decir lo que uno quiere decir sin ofender o molestar a los que nos rodean.

Los buscadores de palabras incorrectamente usadas  no entienden que las palabras son ofensivas cuando intentan ofender y  discriminan cuando la intención es discriminar. La intencionalidad es una parte muy importante de la comunicación y el sentido cambia porque cambia la intención del que emite el mensaje. El problema es que como la comunicación funciona en las dos direcciones también la intención del que recibe el mensaje puede modificar el sentido de mismo. Los que utilizan las redes sociales lo saben muy bien y utilizan constantemente "emoticones"y muletillas  para hacer visible su intencionalidad a la persona que recibe el mensaje. Cuando me inicié en este mundo virtual me parecían ridículos tanto dibujito, tantos jejejes y jajajas continuos en cada mensaje. Pero después de algunos percances en los que comprobé que la ironía es poco entendida en las redes y que lo que uno escribe la mayoría de las veces se entiende de forma literal, yo también he empezado a colocar caritas sonrientes y gestos de complicidad cada cuatro palabras.
     
Es verdad que hay términos claramente ofensivos y que debemos desterrar pero hay muchos otros que no lo son, simplemente están anticuados o el hablante no puede sustituirlo por otro que exprese mejor lo que quiere decir.
Hace unas semanas vi como un presentador muy conocido se disculpaba por haber dicho "sufrir cáncer" , un poco más tarde se disculpa por decir "padecer cáncer", la razón es que el paciente no sufre, ni padece, sino que tiene cáncer. Tampoco se puede decir "luchar contra el cáncer" porque no hay que dotar de un sentido épico a la enfermedad y en ningún caso utilizar la palabra cáncer en contextos no sanitarios. Se acabó el decir "es un cáncer para la sociedad" , ""se está extendiendo como un cáncer" o similares.
Este mismo ejemplo se puede extender a ciego, sordo, autista, invalido..., y si usamos estos términos en un sentido metafórico siempre aparecerá alguien que se habrá sentido ofendido por la utilización espuria de estas palabras.
Si algún autor o personaje conocido se distrae y consciente o inconscientemente utiliza alguna de las palabras o expresiones prohibidas, le caerá la mundial y serán centenares los internautas que le afeen su conducta, de forma más o menos cortes o insultante, dependiendo del talante, aunque en el mundo virtual predominan los que insultan sin mirar a quien. La escritora Lucia Etxebarria tuvo la osadía de referirse a la finalista del último premio Planeta con la expresión Mara "no se qué" como hubiéramos dicho y decimos cualquiera de nosotros cuando desconocemos el nombre completo de alguien o de algo. Pues bien a la autora, la llamaron de todo menos bonita y la acusaron de envidiosa, resentida y todo tipo de lindezas. Eso si a ninguno de los "insultadores" se le preguntó si conocía, antes de consultar internet, el apellido de la finalista que por cierto era Torres.

Se que poco se puede hacer por cambiar este estado de cosas. Quizás una llamada a utilizar el sentido común, a no ver fantasmas donde no los hay,  a considerar las palabras dentro de su contexto y a dejar que el lenguaje viva en los hablantes porque los significados cambiarán cuando cambien los usos sociales no por decreto y mucho menos por imposición.