sábado, 1 de febrero de 2014

PERIÓDICOS

Cuando yo era pequeña no me gustaba nada el ABC, era un periódico soso, con mucha letra, sin estampas y con un cierto aire a BOE. El YA era otra cosa, tenía un papel más suave y  muchos "santos" que en una época en la que todavía la tele era cosa de ricos, constituían nuestro arsenal de imágenes que recortábamos y atesorábamos como si se tratase de incunables. 
Digo esto para que entendáis que mi opinión está  viciada desde mi más tierna infancia  porque aunque también estaba el DIGAMÉ  que tenía un color sepia y la mayoría de las fotos eran de toreros y faenas en la plaza, no era comparable a las imágenes de planchas, tónicos, insecticidas y colonias que salían en las páginas centrales del YA. 

Pasado el tiempo aparecieron otros periódicos en mi vida, mi época de COU supuso la llegada del Diario 16, toda una revolución que hubo que defender frente a las teresianas que querían a toda costa que siguiéramos comprando el YA, periódico que yo había abandonado por católico y conservador. 
Y un poco después descubrimos EL PAIS y todos los de mi entorno pensamos que otro periodismo era posible.  Desde entonces he seguido siendo fiel a este periódico, a veces discrepo, me enfado y pienso que está vendido al poder, a la empresa, a las multinacionales o a lo que sean los poderes fácticos, pero me sigue gustando su formato, sus columnas, sus secciones y el tamaño de sus páginas. Ya veis, más que la ideología puede en mi la nostalgia de la infancia.
Leo otros periódicos, La Vanguardia con frecuencia, La Voz de Galicia cuando ando por aquellas tierras, el suplemento de salud de La Razón que me parece muy bueno, no así el resto del periódico, el ABC esporádicamente , aunque sigue pareciéndome muy aburrido ... pero aunque lo he intentado en varias ocasiones y en algunas temporadas he dispuesto de él a diario, no puedo con el periódico EL MUNDO.

Desde su formato que, de forma burda, copia el modelo de El PAIS hasta su contenido que siempre se ha parecido más a los tabloides que a un periódico  de información, todo me parece una farsa. Y cuando digo un periódico, digo su director porque la línea editorial y el contenido vienen determinados por la persona o personas que están detrás, dirigiendo y decidiendo la línea editorial. 

Todo esto viene a cuenta por las múltiples defensas que de Pedro J Ramirez vengo escuchando y leyendo estos días. Hablan de su cese como de un ataque a la libertad de prensa, una mordaza en la libre opinión realizada desde el poder político, la caída del periodismo libre, etc. y todos estos panegíricos vienen acompañados de una muletilla "sea cual sea la opinión que tengamos de Pedro J. Ramírez". 

Pues bien, como este es mi espacio puedo dar mi opinión y  opino que Pedro J. Ramírez no es un periodista, aunque seguro que tiene la carrera y a lo mejor hasta por una universidad extranjera  y opino que la libertad de expresión no va sufrir un ápice porque cese en su cargo de director de EL MUNDO ya sea por presiones políticas,  económicas o por razones puramente personales. 
Porque aquí llamamos periodismo a cualquier cosa y las mentiras, insidias, medias verdades, hipocresías y manipulaciones han sido una línea habitual en este medio,  alentadas por su director que hace amigos o enemigos en el poder dependiendo del momento. Los que ahora se alarman porque el poder político le haya retirado su apoyo, no mencionan que durante años ocurrió lo contrario y este periódico se convirtió en el vocero de los poderosos y de sus intrigas.

Habría que decir que quien a hierro mata a hierro muere aunque no creo que sea el caso porque PedroJ. Ramírez no sera, según mi opinión, buen periodista, pero es listo de narices y seguro que encuentra otro sol que más caliente, otra comidilla en la que hincar el diente, otro partido al que convertir en salvador de la patria, otro suceso que "investigar", otro grupo de periodistas a los que dirigir y claro,  lectores a los que convencer y manipular.