domingo, 12 de julio de 2015


...NO HACER APRECIO

Desde que las redes sociales son la fuente de información básica para una gran parte de la población, estamos asistiendo a campañas furibundas que no hubieran tenido eco en los medios de comunicación tradicionales o desde luego no hubieran tenido la misma difusión. 

Se trata habitualmente de campañas de linchamiento  contra personas y entidades que se atreven  a decir o hacer algo que no es considerado correcto  por estos nuevos talibanes de la comunicación o, en otros casos, que han metido la pata porque errar es de humanos, menos en las redes sociales donde no se puede errar, ni equivocarse sin que alguien te lo recrimine.

Y una vez que alguien lanza la piedra se extiende como las ondas en el estanque, cada vez más y más lejos y a diferencia de las ondas en el agua que se van desvaneciendo, en las redes ocurre lo contrario cada vez se hacen más grandes y se distorsionan más. No hay remedio, no sirve la rectificación, ni las disculpas, porque en las redes no se lee, sólo se miran titulares con lo que es casi imposible arreglar el entuerto por mucho que lo intentes.

No voy a volver sobre el caso Zapata que ejemplifica magníficamente lo que estoy diciendo, es sólo un caso más que ha tenido especial relevancia porque había un trasfondo de hundimiento político que  a nadie medianamente inteligente pudo escapársele. 
Todos los días se producen casos similares en las que algún internauta bienintencionado inicia campañas denunciando alguna incorrección cometida por algún incauto en la red o en la vida real.

Hoy mismo me llega a través de una amiga la carta que Tete Peralta, propietario y director de un centro de recuperación de animales, dirige a Fran Cuesta, un conocido naturalista televisivo,  para hacer frente a la campaña de desprestigio en que se ha visto envuelto gracias a unas declaraciones que este naturalista mediático ha hecho sobre su  trabajo.

Probablemente las declaraciones de Fran Cuesta no fueran malintencionadas, no las he visto ni leído, pero seguro que en el medio televisivo han sido sacadas de contexto y recogidas por centenares de "animalistas" y ecologistas de libro que las han utilizado en las redes  para atacar, desprestigiar y denigrar una empresa que lleva un montón de años trabajando por y para los animales, aprovechando de paso para insultar a su cabeza visible.

Me he hecho eco de la carta de Tete Peralta aún a sabiendas de que sus explicaciones, claras y pertinentes, son inútiles y sólo llegarán a las personas que quieren realmente informarse y saber, que no se dejan encandilar ni ofuscar por un titular. 
Supongo que su carta es una manera de reaccionar, de responder a la impotencia que uno siente cuando es atacado injustamente, cuando además te sientes inerme, sin posibilidad de defensa, por eso la he compartido para acompañarle, para que al menos pueda percibir la simpatía y comprensión de otras personas.

Sin embargo cada vez estoy más convencida de que en el mundo de los medios y las redes sociales  la mejor actuación  es no reaccionar ante los insultos y ataques. El viejo refrán de "No hay mejor desprecio que no hacer aprecio"  es también una forma de defenderse y de evitar que las ondas sigan extendiéndose, sobre todo en un medio donde la actualidad es cuestión de horas y la noticias duran lo que tarda en aparecer el siguiente titular.  . 
     
    

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