Los hijos y la tecnología tienen en común que uno ya no puede volverse atrás.
Las primeras veces que empecé a escribir en el ordenador me arrepentía de no haber utilizado mi querida máquina de escribir, pero la vez siguiente volvía al ordenador aunque al cabo de dos horas me desesperase por no saber como alinear el texto o por qué las comillas se daban la vuelta y nunca querían cerrar el párrafo.
Con los hijos pasa un poco igual.
Algunas veces uno recuerda aquellos tiempos en que levantarse por la mañana quería decir amanecer a las doce del medio día, o que salir por la noche era algo que se decidía en un momento, en realidad no se decidía se hacía sin más, sin tener que movilizar a la familia cercana.
Pero recordarlo no quiere decir querer estar ahí.
Igual que la máquina de escribir ha quedado olvidada en algún armario, también los años sin mis hijos han quedado atrás y si me dieran a elegir preferiría un sólo minuto de tiempo compartido con ellos que todos aquellos años en que aún no los conocía.
Me alegra gratamente saber que esta no es una entrada para meterte con los adolescentes y las tecnologías XD no se si me entiendes... También me alegra (y mucho mas créeme) que prefieres un minuto conmigo antes que salir nocturnamente como con quien y cuando te diese la gana (sera porque ahora haces casi lo mismo pero me llevas a mi) disculpa que hoy no te diga cosas bonitas pero tengo el día sarcástico.
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