jueves, 5 de mayo de 2011

Huérfanos de nuestros hijos


Mi hermana  (mi hermana si que mola) me ha enviado este texto. No me dice quién es el autor, pero casi lo suscribo de principio a fin, así que os lo dejo para que lo meditéis y lo reflexionéis que tiene mucha enjundia. 

Hay un período en que los padres quedamos huérfanos de nuestros hijos; en que ellos crecen independientemente de nosotros,como árboles murmurantes y pájaros imprudentes.

Crecen sin pedir permiso a la vida,con  una estridencia alegre y a veces, con alardeada arrogancia. Pero NO crecen todos los días; crecen de repente. Un día se sientan cerca de vos y con increíble naturalidad, te dicen cualquier cosa que te indica que esa criatura, hasta ayer en pañales y pasitos temblorosos e inseguros.., creció.
¿Cuándo creció que no lo percibiste?¿Dónde quedaron las fiestas infantiles, los juegos en la arena, los cumpleaños con payasos?.Crecieron en un ritual de obediencia orgánica y desobediencia civil. 
Ahora estas ahí, en la puerta de la disco, esperando ansioso, no sólo que no crezca, sino que aparezca...Allí están muchos padres al volante, esperando que salgan zumbando sobre patines, con sus pelos largos y sueltos. Y allí están nuestros hijos, entre hamburguesas y gaseosas; en las esquinas, con el uniforme de su generación y sus incómodas mochilas a la espalda. Y aquí estamos nosotros, con el pelo cano.... Y son nuestros hijos, los que amamos a pesar de los golpes de los vientos, de las escasas cosechas de paz, de las malas noticias y las dictaduras de las horas. Ellos crecieron observando y aprendiendo con nuestros errores y nuestros aciertos; principalmente con los errores que esperamos que no repitan... 

Hay un periodo en que los padres vamos quedando huérfanos de hijos....; ya no los buscamos en las puertas de las discos y de los cines: Pasó el tiempo del piano, el fútbol,el ballet, la natación...Salieron del asiento  de atrás y pasaron al volante de sus propias vidas. Algunos, deberíamos haber ido más junto a su cama, a la noche, para oír su alma respirando conversaciones y confidencias entre las sábana de la infancia; y cuándo fueron adolescentes, a los cubrecamas de aquella habitaciones cubiertas de posters, agendas coloridas y discos ensordecedores. 

Pero crecieron sin que agotáramos con ellos todo nuestro afecto. Al principio nos acompañaban al campo, a la playa, a la piscina, y reuniones de conocidos; Navidad y Pascuas compartidas: y había peleas en el coche por la ventana, por la música... Después llegó el tiempo en que viajar lon los padres se transformó en esfuerzo y sufrimiento; no podían dejar a sus amigos y a sus primeros amores. Y quedamos los padres exiliados de lo hijos.Teníamos la soledad que siempre habíamos deseado...Y nos  llegó el momento en que sólo miramos de lejos, algunos en silencio  y esperamos que elijan bien en la búsqueda de la felicidad y conquisten el mundo de modo menos complejo posible. 

El secreto es esperar...En cualquier momento nos darán nietos. El nieto es la hora del cariño  ociosos y la picardía no ejercida en los propios hijos; por eso los abuelos son tan desmesurados y distribuyen tan incontrolable cariño. Los nietos son la última oportunidad de reeditar nuestro afecto. Por eso es necesario hacer algunas cosas adicionales,antes de que nuestros hijos crezcan.

Así es:las personas sólo aprendemos a ser hijos, después de ser padres y sólo aprendemos a ser padres, después de ser abuelos... En fin, pareciéramos que sólo aprendemos a vivir, después de que la vida nos pasó.

1 comentario:

  1. Hola Teresa, realmente son unos pensamientos , para mi, muy acertados. Sabes? creo que lo bonito es poder ir cubriendo todas esas etapas y disfrutarlas cada segundo ahora que hemos aprendido cual es la mejor forma de caminar por la vida junto a ellos o con ellos.
    Besitooooos.

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